sábado, 23 de enero de 2016

Historias breves de terror: ''NO ABRAS LOS OJOS A LAS 3'' - Escrita por En la boca del demonio

- No abras los ojos a las tres, no abras los ojos a las tres, no abras los ojos a las tres, no abras los ojos a las...
-Hola Señor Martínez, hoy llegará su nuevo compañero de habitación.

Hace unos años atrás me mude por fin a una casa de Buenos Aires, la cual pagué con mis ahorros del banco, después de un año y medio de trabajo en el negocio de mi papá. Básicamente pude llegar a juntar la plata porque mis padres me mantuvieron durante ese año y medio, hasta que consiguiera tener mi propio hogar y pudiera mantenerme yo solo, cosas que un joven de 20 años puede proponerse si quiere. 
La casa no era muy lujosa, pero tampoco me andaba con pretensiones, era una casa al fin y al cabo... Y si, era mía.  El barrio donde se ubicaba mi ''mansión'' era San Telmo y quedaba relativamente cerca de la biblioteca de mi papa en la cual me desempeñaba como acomodador. Durante un tiempo viviendo en la casa al fin la sentía como un hogar y de a poco me fui comprando cosas indispensable para poder equiparla. La casa se encontraba impecable, excepto por una esquina de mi dormitorio en la que una de las paredes blancas estaba manchada con una especie de líquido rojo que no pude quitar, supuse que sería obra de los anteriores dueños, nada que no se pudiera quitar con un poco de pintura.
En fin, todo parecía encaminarse en mi vida hasta aquel dia...

En una fría noche de Julio a eso de las 10 p.m. ya me disponía a dormir, porque al otro dia tenia que levantarme temprano para ir a trabajar, a decir verdad no estaba muy cansado pero sabía muy bien que si apoyaba la cabeza sobre la almohada inmediatamente me dormiría. Dicho y hecho, así fue. 
ÁBRELOS... - se escuchaba por lo bajo
A la mañana siguiente, cuando me levante, me sentía extraño, un dolor muy fuerte en el cuello me atormentaba y tenía frescos recuerdos de las pesadillas horribles que me molestaban mientras dormía. No lograba entenderlo, pero sin duda lo peor recién estaba ocurriendo. Mi corazón dio un vuelco cuando mis ojos dilucidaron  que había dos sillas en frente de mi cama, ambas en dirección a mí. 
Era imposible encontrar alguna explicación racional: vivía solo, no tenía vecinos de confianza que puedan entrar a mi casa, no podían ser ladrones porque no había ninguna puerta ni ventana forzada y además no faltaba ningún objeto de valor, simplemente era inexplicable y horroroso. 
Recorrí toda la casa en busca de explicaciones, pero de lo único que me percaté fue que en mi pared la mancha roja ya no estaba, otro dato que sirvió solo para inquietarme más.

Pude seguir con mi día, fui a trabajar e intente mostrarme sereno, pero en ningún momento deje de pensar en lo que había ocurrido, tenía mucho miedo y ya era muy difícil que pudiera disimularse fácilmente. Entonces recordé una palabra: Abrelos. Abrir qué cosa? 
- ...Hijo? HIJO!
-Perdón papá, que pasa?
-Hijo, al fin... te estaba diciendo que te voy a dejar sobre la mesa éstos 20 ejemplares de Luna de Plutón, por favor acomodalos en la sección de ciencia ficción. 
-Dale, yo me encargo pa.
-Una pregunta... te pasa algo?
-No, en lo absoluto pa, estoy muy cansado, solo eso - Yo sabía muy bien que aquello era una gran mentira, el recuerdo de las sillas mirando hacia mi cama todavía retumbaba en mi mente como una pelotita de ping pong rebotando sobre una mesa.
-Muy bien, entonces concéntrate que el día recién comienza y queda mucho por hacer. Algun dia la biblioteca  de los Martínez será la mejor de Buenos Aires y es nuestro deber hacer eso realidad.
Asentí con la cabeza, aunque simplemente hubiera deseado que el dia nunca hubiera comenzado.

Cuando menos me di cuenta ya estaba otra vez en mi casa y era de noche, aproximadamente serian las 11 p.m. Tenía miedo de dormir por lo ocurrido la noche anterior. Yo no creía en Dios ni era religioso pero sí creía en los fantasmas, vaya a saber por qué, aunque me negaba a pensar en algo así y menos a esas horas de la noche donde el cerebro máquina demasiado. Entonces prendí el televisor y después de una hora pude dormirme...
ABRELOS, ABRELOS, ABRELOS, ABRELOS!! - Eran gritos de furia intensa, se podía sentir la rabia en cada palabra.
Me levante abruptamente y mire el reloj de mesa, eran las 3:00 a.m., ni un minuto más  y ni uno menos. Entonces mire para todos los lados de mi habitación y no había nada. Las sillas que en la mañana se direccionan hacia mi cama estaban en sus lugares respectivos del cuarto, donde las había dejado antes de irme al trabajo. Inmediatamente me tranquilice y sentí alivio porque todavía eran las 3 y podía seguir durmiendo, a decir verdad estaba agotado.
Cuando me heche para atras y me acosté, mirando unos segundos para arriba, sentí como mi corazón se detuvo por un momento y simplemente tuve la sensación de querer correr sin parar. 
En el techo de mi habitación se encontraba la mancha roja, aquella que por la mañana había desaparecido de la pared,  y de ella salió deslizándose rápidamente por el techo una criatura con un cuello largo y flexible, su cuerpo desnudo dejaba entrever que tenía extremidades de animal, precisamente de cabra, y su torso estaba completamente herido a base de cortes en la piel, quizá provenientes de algún cuchillo, aunque lo peor de lo peor llegó cuando fije la mirada en su rostro... NO TENÍA OJOS , la forma de la cara era amorfa y tenía una lengua color negra, se notaba en su rostro una expresión diabólica peor a la de cualquier cosa que pudiera imaginar. Quede inmóvil. En el momento justo en el que me senté en la cama para poder salir corriendo veo al frente mio a un ser completamente igual al que estaba en el techo (pensé en las dos sillas mirando hacia mi cama), su lengua se acercaba a mi cara y me olía a través de dos orificios que tenía encima de su boca. Pude dilucidar mi horrible muerte, pero justo antes de que pudiera siquiera pensar la cosa que tenía enfrente gritó como si fuera un animal salvaje y me dio tanto miedo que me agarro escalofríos, entonces se acercó a mí y susurró: 
-NO ABRAS LOS OJOS A LAS 3 -y largó una carcajada proveniente del mismísimo infierno

A partir de aquí solo recuerdo ver sangre salpicando, y cosas que no puedo describir, como si fuera una especie de ritual alrededor mío, las dos sillas... no logro acordarme.
Al dia siguiente me encontraron desnudo en una plaza y me llevaron a una clínica psiquiátrica debido a mi inestabilidad mental. Hasta el dia de hoy no puedo decir otra frase que no sea No abras los ojos a las tres, estoy desesperado, quiero gritar y no puedo. AYUDA PORFAVOR. Quisiera poder avisarles sobre la mancha roja que ahora reside en mi lengua, sobre todo lo que viví, todo lo que les conté a ustedes, pero no puedo, no me dejan hablar, ellos me controlan por el dia. Pero lo que mas desearía es que mi nuevo compañero de cuarto tomara en serio mi advertencia y que por lo que mas quiera jamas, pero jamas, abra los ojos a las tres.
Esta historia fue escrita por 'En la boca del demonio'. 


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5 comentarios:

  1. ¡¡Buena Historia!! interesante la aparición del libro de Dross jaja.

    ¡¡Espero tengas mas historias!! ¡¡SALUDOS!!

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    1. Gracias por tu comentario Alex! me alegra que te haya gustado, saludos.

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